miércoles, 13 de febrero de 2013

SIEMPRE RENUNCIAS BENEDICTO !!!


·       
ESCRITO POR UN JOVEN.




El Papa renunció. Así amanecerán sin fin de periódicos mañanas, así amaneció el día para la mayoría, así de rápido perdieron la fe unos cuantos y otros muchos la reforzaron. Y que renunciara, es de esas cosas, que no se entienden.

Yo soy católico. Uno de tantos. De esos que durante su infancia fue llevado a misa, luego creció y le agarró apatía. En algún punto me llevé de la calle todas mis creencias y a la Iglesia de paso, pero la Iglesia no está para ser llevada ni por mí, ni por nadie (ni por el Papa).
·          En algún punto de mi vida, le volví a agarrar cariño a mi parte espiritual (muy de la mano con lo que conlleva enamorarse de la chavita que va a misa, y dos extraordinarios guías llamados padres), y así de banal, y así de sencillo, recontinué un camino en el que hoy digo: Yo soy católico. Uno de muchos, si, pero católico al fin.
·          Pero así sea un doctor en teología, o un analfabeta de las escrituras (de esos que hay millones), lo que todo mundo sabe es que el Papa es el Papa. Odiado, amado, objeto de burlas y oraciones, el Papa es el Papa. Por eso hoy cuando amanecí con la noticia, yo, al igual que millones de seres humanos..nos preguntamos ¿porqué?. ¿Porqué renuncia señor Ratzinger?. ¿Le entró el miedo?. ¿Se lo comió la edad?. ¿Perdió la fe?. ¿La ganó?. Y hoy, después de 12 horas, creo que encontré la respuesta: El señor Ratzinger, ha renunciado toda su vida.

Así de sencillo.

El Papa renunció a una vida normal. Renunció a tener una esposa. Renunció a tener hijos. Renunció a ganar un sueldo. Renunció a la mediocridad. Renunció a las horas de sueño, por las horas de estudio. Renunció a ser un cura más, pero también renunció a ser un cura especial. Renunció a llenar su cabeza de Mozart, para llenarla de teología. Renunció a llorar en los brazos de sus padres. Renunció a teniendo 85 años, estar jubilado, disfrutando a sus nietos en la comodidad de su hogar y el calor de una fogata. Renunció a disfrutar su país. Renunció a tomarse días libres. Renunció a su vanidad. Renunció a defenderse contra los que lo atacaban.
·          Vaya, me queda claro, que el Papa fue un tipo apegado a la renuncia.

Y hoy, me lo vuelve a demostrar. Un Papa que renuncia a su pontificado cuando sabe que la Iglesia no está en sus manos, sino en la de algo o alguien mejor, me parece un Papa sabio.
·          Nadie es más grande que la Iglesia. Ni el Papa, ni sus sacerdotes, ni sus laicos, ni los casos de misericordia. Nadie es más que ella. Pero ser Papa a estas alturas del mundo, es un acto de heroísmo (de esos que se hacen a diario en mi país y nadie nota).
·          Recuerdo sin duda, las historias del primer Papa. Un tal..Pedro. ¿Cómo murió? Si, en una cruz, crucificado igual que a su maestro, pero de cabeza. Hoy en día, Ratzinger se despide igual. Crucificado por los medios de comunicación, crucificado por la opinión pública y crucificado por sus mismos hermanos católicos. Crucificado a la sombra de alguien más carismático. Crucificado en la humildad, esa que duele tanto entender.
·          Es un mártir contemporáneo, de esos a los que se les pueden inventar historias, a esos de los que se les puede calumniar, a esos de los que se les puede acusar, y no responde. Y cuando responde, lo único que hace es pedir perdón. ‘Pido perdón por mis defectos’.
·          Ni más, ni menos, que clase de ser humano. Podría yo ser mormón, ateo, homosexual y abortista, pero ver a un tipo, del que se dicen tantas cosas, del que se burla tanta gente, y que responda así..ese tipo de personas, ya no se ven en nuestro mundo.

Vivo en un mundo donde es chistoso burlarse del Papa, pero pecado mortal burlarse de un homosexual (y además ser tachado de paso como mocho, intolerante, fascista, derechista y nazi). Vivo en un mundo donde la hipocresía alimenta las almas de todos nosotros. Donde podemos juzgar a un tipo de 85 años que quiere lo mejor para la Institución que representa, pero le damos con todo porque “¿con qué derecho renuncia?”.

Pues ahora sé Señor Ratzinger, que vivo en un mundo que lo va a extrañar. En un mundo que no leyó sus libros, ni sus encíclicas, pero que en 50 años recordará cómo, con un simple gesto de humildad, un hombre fue Papa, y cuando vio que había algo mejor en el horizonte, decidió apartarse por amor a su Iglesia.
·          Va a morir tranquilo señor Ratzinger. Sin homenajes pomposos, sin un cuerpo exhibido en San Pedro, sin miles llorándole aguardando a que la luz de su cuarto sea apagada. Va a morir, como vivió aún siendo Papa: humilde.

Benedicto XVI, muchas gracias por renunciar.



8 comentarios:

Maye dijo...

También es un ser humano como todos, de carne y hueso, ya mayor y talvez cansado y enfermo. Las costumbres también se rompen y, un día tendría que ser. Es mejor renunciar que caer sin fuerzas. Despues de cierta edad todos deberíamos de tener derecho a llevar una vida en calma y con mucho reposo. Es un ser sabio, su espíritu y su fe son más fuertes que un roble, pero su cuerpo se ve más debil que el de un niño y las presiones a las que se a visto sometido últimamente le han pasado factura.
Un fuerte abrazo Martha.

Katy dijo...

Conmovedora cata Martha. Se irá en silencio, habiendo servido toda su vida y dando testimonio con su vida.
Aún recuerdo a todo el mundo pi¡pidiendo a Juan Pl¡ablo II que se fuera, que estaba apegado a su silla. Y a este todo lo contrario.
Somo así.
Bss

Mabel Domínguez dijo...

Nada nos conforma; pienso que aquel que sabe hacerse a un costado es admirable. Dar lugar para que otro lleve a cabo semejante tarea, hace que tenga todo mi respeto.
Es difícil aceptar los cambios tan acelerado del mundo sobre todo para nosotros que ya tenemos demasiada edad para cambiar.
Excelente entrada.Un beso

Abuela Ciber dijo...

Sentido homenaje has realizado!!!!!

Te deseo que tengas un muy buen fin de semana, que logres que los buenos momentos sean placenteros, a pesar de factores externos.

Cariños

PEPE LASALA dijo...

Esta carta me ha hecho llorar Martha. Es un Papa que me gusta, me gusta lo que siente y cómo lo transmite. Que Dios le bendiga. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.

Ángeles dijo...

Creo que en la renuncia de Benedicto XVI hay muchas causas que nunca llegaremos a conocer. Para mí es todo un ejemplo muy digno, al que hay que ponerle un alto precio, porque ha sabido retirarse en un momento que él sabía que no podía dar, todo lo que exige tan alto cargo. Es un acto de humildad, y merece ser respetado y valorado.

Martha, cariño, que desde mis contactos no puedo llegar a ti, ahora lo he hecho desde un blog amigo. No sé porque será, desde el mío me dice que tu blog, solo admite lectores invitados...
¿Qué debo hacer?

Un abrazo con mi cariño

Militos dijo...

Martha, qué hermosa carta.

El papa ha explicado la causa de su renuncia ¿Por qué buscar tres pies al gato? No hay más que mirarle a los ojos para saber que está en la verdad, como lo ha estado siempre. Siempre renunciando, como dice el joven de la carta.
Gracias amiga por publicarla.
Un beso fuerte.

Diana Reyes dijo...

Es tan difícil renunciar... Es fácil hacer a un lado aquello que no nos importa mucho, lo que no nos gusta, lo que no queremos, pero... Lo que amamos, lo que consideramos nuestro, lo que es valioso para nosotros.

Saludos amiga, que bello escrito.